¿Cuántas veces has escuchado a alguien exclamar: “No es hermosa el Garamond?” …Sin lugar a dudas, se trata de una tipografía hermosa, sí, lo digo a pesar de que odio usar esa expresión. Se podría decir igualmente que un auto es precioso y al mismo tiempo preguntarse por qué. Por supuesto, la respuesta está en la manera de abordar la creación tipográfica. No es debido al método de dibujo cuidadosamente manual que otorga a los caracteres un aspecto artesanal como a olor a tierra y muebles de campo. También existe el método moderno, mucho más conceptual, arte contemporáneo de ruptura con la tradición y los saberes recibidos. Y no por ello menos hermoso. Su razón de ser ya no es simplemente la belleza, sino que aspira a interpelar e incluso shockear. Estoy pensando en los diseños de Zuzana Licko quién los desarrolló utilizando los únicos métodos disponibles en el momento, las fuentes de mapa de bits para Macintosh en los años 80, dando un salto hacia atrás y hacia delante en la creación de caracteres. Hacia adelante, si se considera la expresión moderna de la era de la telemática, de lo digital, de lo numérico; hacia atrás si se considera el trabajo compuesto por centenares de creadores de formas alfabéticas que actuaron a lo largo de siglos en pos del mejoramiento de la escritura y su legibilidad. Dos escuelas, dos maneras de abordar la crítica tipográfica y no voy a elegir una en detrimento de la otra, es indispensable hacer cohabitar la creatividad, la innovación a costa de la divulgación de tradiciones ancestrales.
Garamond del grupo de las Garaldas, por oposición a las Humanas y a las Reales, se remonta al siglo XVI. En contraposición con el diseño de las Humanas es obra de los diseñadores que utilizaron el pantógrafo para punzonar diseños minuciosamente delineados, muy diferentes de los tipos de letras Humanas que todavía eran consecuentes con el trabajo de scriptoriums, generados por la pluma sobre vitela. En el siglo XX, fuimos bendecidos por fundiciones audaces y por las curvas de Bézier contando con aproximadamente 5-6 declinaciones desde el original dibujado por Claude Garamond.
El Garamond de Francesco Simoncini (de la fundición Simoncini de Bolonia, 1958); el de la fundición Stempel (que más tarde sería Linotype) diseñado en 1924 en Frankfurt, el Monotype diseñado en 1922 por Max Fritz Steltzers en Salfords, el desarrollado más recientemente gracias al lenguaje Postscript y las curvas de Bezier por Adobe y elaborado por Robert Slimbach en San Francisco en 1988, precedido por el muy elegante Garamond de Tony Stan de 1970 para la International Typeface Corp de Nueva York. También el Berthold, tomando un diseño similar al Garamond de Deberny y Peignot, comprometido con un diseño entre los más cercanos al original, de acuerdo a los punzones que se almacenan en el gabinete de la Imprenta Nacional actualmente cerrado al público. Aquí están los diferentes cursus de la G de Garamond, dispuestas de tal manera que podamos ver sus diferencias. De hecho, son completamente diversas. Responden a distintos modelos, cuyas curvas no se superponen – y por eso me siento obligado a darles las claves de un análisis para que sus ojos se habitúen a comparar caracteres; una cuadrícula de referencia que pueda ayudarles de igual modo con otros tipos de letra.
Aquí algunas líneas compuestas en los diferentes modelos de Garamond. (Clickea para agrandar la imagen)
Y todavía más.
Vayamos a ver en detalle las diferencias entre todas estas formas alfabéticas.
Superpuse círculos grises en los puntos que requieren mayor atención para poder determinar las diferencias en el diseño. La forma de los serif más bien cuadrados con ángulos vivos son parecidos al original. La gota de la <a> plantea un arranque que aparenta la pluma (ya no estamos en el dominio de los trazados caligráficos, sino por el contrario en el del diseño propiamente dicho. De todos modos Simoncini lo plantea como si las forma se obtuvieran de un cálamo o de una pluma caligráfica, y le imparte un aplanamiento a esta parte). En general, Garamond de Simoncini, es a la vez flexible y tradicional, está bastante cerca de la Garamond de Claude G.
Lo mismo para el diseño de Robert Slimbach para Adobe. Excepto por los remates en ángulos que son romos, redondeados como tratando de reproducir la huella del tipo en el papel después de múltiples usos. Es también un enfoque muy similar al de Ediciones Gallimard, quien en 1985 le encomendó a la empresa francesa Microtype digitalizar (es decir, vectorizar) un Garamond usado (apariencia de impreso con tipos gastados) para componer una colección de las Pléyades en Garamond con los sistemas digitales de composición tipográfica. La modernidad en los procesos asociada a un neotradicionalismo que el mismo Claude Garamond habría denunciado como herejía de haber sido contemporáneo.
El Garamond Monotype es absolutamente diferente (haga clic arriba para agrandar la imagen). Los serif están resueltos de una manera que casi podríamos llamar torpe, diferentes de una letra a otra, e incluso dentro del mismo carácter (la H mayúscula lo revela, pero también la m minúscula). Las formas redondeadas de los caracteres son de una factura claramente dibujada y no trazadas con pluma; la gota de la <a> es prácticamente filiforme; y la panza de la misma letra, mucho más pequeña en comparación con la parte superior del carácter, hace que literalmente se caiga. También es muy interesante el contraste entre trazos gruesos y finos. Relativamente poco marcado. Este es un tipo de letra Garalda por origen, pero algo lejos de poder llamarse a sí misma Garamond; lo dejo a vuestro criterio recorrerla (o no). Por mi parte, tengo la sensación que la denominación de los tipos de letra tiene relación con el marketing y no exclusivamente con la forma: es ciertamente más fácil vender un Garamond o Times, que un Janson o una Goudy, especialmente en el mercado francés. Pero estoy hablando de una época en que se compraba tipografía (un tipo de letra equivalía a un kilo de caracteres principales en un estilo y peso determinados, con un surtido de caracteres determinados por factores lingüísticos y la frecuencia de las letras en el idioma dado).
El ITC Garamond diseñado por Tony Stan en 1970 es notable por el equilibrio de trazos gruesos y finos, por la regularidad de los serif, ligeramente redondeados y simultáneamente cóncavos en la parte horizontal. El ojo de las letras, abiertas y el equilibrio de proporciones entre la línea de lectura y la línea base, la armonía dada por el redondeo regular hacen de este un gran carácter tipográfico para titulación que Apple había comprendido ya que fue usada para la comunicación de la firma de Steve Jobs. En cuanto a la utilización en cuerpo de texto (8, 9, 10, 11, 12) presenta defectos y cualidades. Demasiado regular, demasiado geométrica, se resiente en una lectura de larga duración, como por ejemplo una novela. Por otra parte cuenta con variables pesadas (más pesadas que todos los otros ejemplos mostrados anteriormente). Sería mejor utilizar una Garamond Stempel para componer un libro o folletos donde el rendimiento tipográfico comienza a intervenir en el proceso económico de la publicación.
El Garamond Berthold, aparte del ángulo de ataque de las <a> y de las <m> (4,10) , es el que mejor refleja el espíritu del diseño del siglo 16. Son antiguas-actuales, por sus formas cuadradas y tradicionales, por la simulación de una pluma virtual en el diseño. Ligeramente el medium o demi bold, el regular se adapta mejor al espíritu de un carácter de plomo que rinde en el papel a diferencia de la ITC con una resolución fina y casi excesivamente delicada.
Si yo estuviese enamorado de la tradición, tendría una preferencia real para el Stempel Garamond, que creo que es más una Humana-Garalda que una Garalda pura. Esto debido a la muy gótica <a> bdc (6, 10). Pero el equilibrio de trazos gruesos y finos, el ligero redondeo de los serif y la armonía entre las longitudes pronunciadas con los anchos de los caracteres, le otorgan un aire de renacimiento post-gótico. Lo único que tendría en contra es que por sus hombros agresivos y el tamaño de los glifos, se hace sea difícil para usar en textos.
En la siguiente ilustración, se pueden ver las grandes diferencias entre cada uno de los diseños. La parte superior e inferior de los serif de mayúsculas, así como la parte inferior de minúsculas muestran claramente las diferentes estrategias de diseño. Por supuesto, todos estos diseños son del mismo cuerpo. La altura de la H mayúscula de Berthold ocupa toda la parte superior del tipo, mientras que el ITC es casi un 17% menor. Eso dice mucho sobre la estrategia de Aaron Burns y Herb Lubalin durante su año al frente de ITC. Reducir el tamaño del texto, leitmotiv que han aplicado a toda la producción de ITC durante veinte años. Pero entonces, ¿por qué su Garamond se ve más ancha que el Berthold? Este es el misterio de la creación de caracteres. No es suficiente bajar un diseño la mesa de dibujo (hoy virtual gracias a los software vectoriales), para que un carácter consuma menos. Es el equilibrio de todo el alfabeto que ayuda a determinar la economía espacial: altura de mayúsculas, altura de caja de x, ancho (hombro)de las letras, y también, el kerning. Los problemas son vastos en la lista con los que tiene que lidiar el diseñador en el brief de un diseño destinado a un periódico que quiere renovar su puesta en página.
Se necesita una última mirada para entrar realmente en la anatomía de un tipo de letra. Veamos las imágenes siguientes (Clickear para agrandar).
Dos cosas a destacar:
1. Las alturas de las formas de las letras divergen mucho en el espacio vertical del cuerpo (cuerpo definido como la cara del tipo en metal donde se encuentra la letra en relieve. Cuando se utiliza Arial 12 puntos la altura del cuerpo es de 12 puntos, la altura de la letra sería aproximadamente el 66 % de la altura del cuerpo. Así el cuerpo 12 proporciona una altura de mayúscula de aproximadamente 8 puntos). La altura del cuerpo debe adaptarse a las capitales y a los rasgos ascendentes <b, d, f, h, l, t>, que pueden ser más altos que la mayúscula, por ejemplo Futura y también los descendentes <g, j , p, q, y>.
2. Los ejes de las contraformas son muy diferentes en cada diseño analizado: Simoncini y Berthold son los más curvados hacia atrás (hacen que ópticamente las letras parezcan inclinarse hacia delante). Los Garamonds de ITC y Monotype tienen las contraformas menos inclinadas lo que otorga a los alfabetos una apariencia más estática. Esto puede afectar en la velocidad de lectura cuando el ojo trata de seguir adelante lo más rápido posible, (lectura rápida).
Tanto si uno está creando un logotipo o un alfabeto, siempre debe hacerse estas preguntas para comparar, analizar y descifrar las formas alfabéticas. Esto permitirá una elección o un diseño de la formas correctas para el uso correcto.
Y para divertirme, volví sobre el tema en febrero de 2007 cuando publiqué un artículo que pone en perspectiva las formas de Garamond con diferentes interpretaciones de las piezas de Johann Sebastian Bach. Pueden escucharlas acá.